"La Felicidad"

21.12.2017

Me pregunto si verdaderamente queremos ser felices en nuestras vidas o solamente nos escondemos de ella por lo grande y difícil que es entenderla en su concepto básico.

Aquí está la palabra "felicidad" tal y como aparece en el diccionario:

<<El estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno>>.

Entonces creo que habría que tener claro, antes de nada, lo que es bueno y lo que es malo, dado que aquí solamente dice: <<disfrutar de algo bueno...>>.

También seria mejor aclarar que es lo que realmente desea, o más bien necesita una persona en su vida...

En este mundo parece haber una parte de población que necesita tener más y siempre más de lo que ya tiene mientras que otros tan solo necesitan comida o un techo donde cobijarse. Pero ¿qué es lo que verdaderamente se necesita para saciar la sed de felicidad que vive en todo ser humano?

Sería más sencillo entender qué es lo que nos hace falta, luego intentar conseguirlo y, por fin, ser felices. Pero eso no es nada fácil...

Conseguir algo que deseamos solo nos da la ilusión de acercarnos un pelín más hacia nuestra felicidad y entonces nos damos (o no) cuenta de que estamos metidos en una rueda sin fin. En una búsqueda ciega, o mejor dicho, en una búsqueda de la búsqueda de la felicidad.

En fin, creo que estamos todos atrapados... Y de eso ya me daba cuenta de niña, cuando los domingos veía las calles prácticamente desiertas de mi ciudad.

No había colegio, la gente no tenia que ir al trabajo, las tiendas estaban cerradas y ni siquiera hacía falta despertarse temprano. En resumidas cuentas, veía que casi nadie debía cumplir con sus tareas semanales... Pero aún así, no parecía haber nadie disfrutando de aquel solitario día de paz. No veía nadie sonreír más de la cuenta solo por ser domingo.

Muy pocos salían a la calle disfrutando de la compañía de sus amigos y familiares. No recuerdo a nadie gritar: <<¡Por fin! ¡Después del sacrificio de toda una semana ya llega el momento de poder disfrutar y ser feliz!>>. (Al menos por un día).

Al contrario, excluyendo a los niños, el día del domingo solo era el sagrado día de descanso que serviría a repostar las fuerzas para hacer frente a una nueva semana de dura rutina.

Recuerdo que nosotros los niños, por suerte teníamos el verano, que en dos meses y medio nos daba un poco de espacio para disfrutar de la vida sin muchas obligaciones. Pero para los adultos el verano siempre se reducía a una o dos semanas como mucho, de descanso, siempre sin olvidarse de atender a la propia familia.
Aún encontrando el tiempo material para dedicarse a la búsqueda de la felicidad o simplemente a <<saborear la vida>>, me pregunto por donde empezar para seguir el camino correcto.

Sin embargo, lo primero es la salud y un mínimo de sustento. Pero después debemos mirarnos adentro e intentar descubrir quiénes somos y hacia dónde vamos.

Las religiones pretenden facilitarnos este camino con sus historias, pero no todos estamos dispuestos a perdernos en sus dogmas ni en laberintos sin salida.
Así que, en el camino de nuestra realización personal, después de encontrarnos con nuestra identidad, deberíamos fijar un plano de lo que queremos hacer en la vida, para nosotros mismos y para la colectividad.
Ahora estamos situados en un punto importante donde por fin nos hace falta tener presente el concepto del bien y del mal.

Por eso se necesita claridad, sinceridad, honestidad, justicia y valor... Mientras que no todos a nuestro alrededor estarán con ganas de bañarse en estas aguas.

Pero quiero echar una mirada todavía más allá, llegando al punto en donde hemos conseguido saber quiénes somos y a lo que servimos en esta vida.

Ahora, ¿qué es lo que nos hace falta todavía para ser felices?

La respuesta a esta pregunta no está en nuestros teléfonos móviles, ni en nuestros coches, ni en nuestras casas, ni tampoco en todos los objetos que nos rodean. 

- Donde estará la respuesta?

Dejo a cada uno de ustedes su propia reflexión.

Solo hay algo que nos puede detener: <<la muerte>>.

Acabamos de encontrar a nuestro mayor desafío... La verdad de todos nuestros límites.
Algo a que nadie esta preparado.

Lo que podría ser, para la felicidad más plena: su fecha de caducidad.

Yo creo que es aquí donde se encuentra el punto clave de todo este asunto.

Contestar a la pregunta: <<¿Que es la muerte?>>. <<¿Es realmente el fin o tal vez el comienzo de algo? ¿Es algo bueno o algo malo? ¿Es dolorosa o placentera?...>>

¿Cuantas más preguntas podríamos hacer al respecto?

Nadie nos contestará antes de nosotros mismos. Ahí estaremos en contacto con nuestro espíritu, con nuestra alma y con el universo, con la energía creadora o si quieren, con Dios.

Yo creo en el amor verdadero en todo lo que no es absolutamente imposible. Eso es algo que los niños saben más que cualquier adulto...

Porque no amar el amor mismo entonces! Y no me refiero al sexo ni al deseo compulsivo de tener y poseer todo lo que anhelamos.

Porque ya lo tenemos todo ganado, estando aquí presentes... Luego, cada cosa más es un regalo que deberíamos solo agradecer. Como la luz del sol y su calido cosquilleo que nos produce en nuestras mejillas.

Amar y respetar a los demás sin miedo ni rencores. Porque lo que damos siempre nos viene devuelto, si no hoy, mañana. Si no por este lado, por el otro.

Esta es una ley que personalmente he decidido llevar siempre en mi vida. <<Dar es recibir>>, y esta es la verdadera magia.

Me gustaría que tuviéramos todos más claro el concepto de felicidad y de por qué llevamos adelante nuestras vidas, nuestras familias, nuestras ideas y nuestro planeta. Eso sería sin duda un paso más en la evolución de nuestra especie.


Laura Colaysïs